7 RAZONES PARA MANTENERNOS SANOS

La Biblia nos da por lo menos 7 razones por las que debemos mantenernos sanos.

1. Somos criaturas de Dios. Los primeros dos capítulos de Génesis muestran como Dios creo los cielos, la tierra y los seres humanos. Como criaturas de Dios debemos seguir la fórmula del Creador para un estilo de vida saludable.

2. Es un deber hacia nuestro cuerpo. Efesios 5: 29 dice: “Porque nadie aborreció su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia”. Observe usted a alguien que acaba de adquirir un automóvil nuevo. Se da tiempo para lavarlo regularmente y se asegura de cambiarle el aceite en la fecha indicada. ¿Por qué se esfuerza tanto en mantenerlo bien? Porque ese carro le pertenece. Lo mismo ocurre con nuestro cuerpo.

3. Por amor a nuestra familia. Cuando una persona se enferma, lo más probable es que su enfermedad afecte también a otros. Por lo menos, otra persona tiene que cuidarla, aumentándose así el riesgo de que esa persona también se enferme, especialmente si se trata de una enfermedad contagiosa. Además, los cuidados extras que exige el enfermo roban el tiempo y la atención que debería recibir el resto de la familia. Si la persona enferma muere, el dolor devastará a su familia y a sus amigos. Con razón dice la Biblia: “Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí” (Romanos 14: 7).

4. Se lo debemos a Dios.
Al comentar el inciso 2, dijimos que es un deber hacia nuestro propio cuerpo. Pero, ¿es realmente así? 1 Corintios 6: 19,20, dice: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios, en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. Nuestro cuerpo no nos pertenece. Le pertenece al Redentor. Y como hemos sido comprados con la sangre de Jesús, debemos glorificar a Dios a través de nuestro cuerpo. Es obvio que podemos hacerlo mejor por medio de un cuerpo sano, que por medio de un cuerpo enfermo.

5. Si destruimos nuestro cuerpo, Dios nos destruirá también. 1 Corintios 3: 16,17, declara lo siguiente: “¿No sabéis que sois templo de Dios? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él, porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”. A primera vista parece que lo anterior revela a un Dios sumamente vengativo. ¿No querrá decir, más bien, que nos destruimos a nosotros mismos? ¿Cómo podemos glorificar a Dios con nuestro cuerpo si lo contaminamos y lo destruimos? 1 Corintios 10: 31, dice: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. Honramos a Dios cuando prestamos atención cuidadosa a lo que comemos y bebemos, y cuando evitamos cualquier cosa que dañe nuestra salud.

6. Un cuerpo sano es nuestra ofrenda de sacrificio a Dios. “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” (Romanos 12: 1). Dios ordenó a los israelitas ofrecerle sólo sacrificios perfectos (Éxodo 12: 5). Nosotros también, como parte del Israel espiritual, debemos ofrecerle un sacrificio agradable: nuestros cuerpos saludables.

7. Las personas son seres integrales. “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan 2). Jeremías dice que el Señor, que es la fuente de la salud, y sanará nuestras heridas (Jeremías 30: 17). Debemos estar sanos física, mental y espiritualmente. Muchas veces nuestra salud física depende de nuestra salud espiritual y mental, porque nuestras perspectivas espirituales y mentales influyen sobre nuestra condición física.

Fuente: Jonathan y Kathleen K. Kuntaraf / Lois Moore, El Libro de la Sabiduría de Dios, p.108-110
Compilado por : Ángel A Vásquez Cruz.

Pro Salud por Oscar Sande: Licenciado en Biologia y Nutricionista.

Excelente, práctico, simple. Ve esta serie de 15 videos pulsando uno detrás del otro.